Lema de P. Arturo

"Amar y hacer amar a Jesús, a la Iglesia, al Papa y a las almas, con María, por María y en María"

domingo, 26 de mayo de 2013


CAPÍTULO PRIMERO.- LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA

 La dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y semejanza de Dios (artículo 1); se realiza en su vocación a la bienaventuranza divina (artículo 2). Corresponde al ser humano llegar libremente a esta realización (artículo 3). Por sus actos deliberados (artículo 4), la persona humana se conforma, o no se conforma, al bien prometido por Dios y atestiguado por la conciencia moral (artículo 5). Los seres humanos se edifican a sí mismos y crecen desde el interior: hacen de toda su vida sensible y espiritual un material de su crecimiento (artículo 6). Con la ayuda de la gracia crecen en la virtud (artículo 7), evitan el pecado y, si lo han cometido recurren como el hijo pródigo (cf Lc 15, 11-31) a la misericordia de nuestro Padre del cielo (artículo 8). Así acceden a la perfección de la caridad.


 “Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación” (GS 22, 1). En Cristo, “imagen del Dios invisible” (Col 1,15; cf 2 Co 4, 4), el hombre ha sido creado “a imagen y semejanza” del Creador. En Cristo, redentor y salvador, la imagen divina alterada en el hombre por el primer pecado ha sido restaurada en su belleza original y ennoblecida con la gracia de Dios.
 La imagen divina está presente en todo hombre. Resplandece en la comunión de las personas a semejanza de la unión de las personas divinas entre sí (cf. Capítulo segundo).
 Dotada de un alma “espiritual e inmortal” (GS 14), la persona humana es la “única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma”(GS 24, 3). Desde su concepción está destinada a la bienaventuranza eterna.”
 La persona humana participa de la luz y la fuerza del Espíritu divino. Por la razón es capaz de comprender el orden de las cosas establecido por el Creador. Por su voluntad es capaz de dirigirse por sí misma a su bien verdadero. Encuentra su perfección en la búsqueda y el amor de la verdad y del bien (cf GS 15, 2).
 En virtud de su alma y de sus potencias espirituales de entendimiento y de voluntad, el hombre está dotado de libertad, “signo eminente de la imagen divina” (GS 17).
 Mediante su razón, el hombre conoce la voz de Dios que le impulsa “a hacer el bien y a evitar el mal”(GS 16). Todo hombre debe seguir esta ley que resuena en la conciencia y que se realiza en el amor de Dios y del prójimo. El ejercicio de la vida moral proclama la dignidad de la persona humana.
 “El hombre, persuadido por el Maligno, abusó de su libertad, desde el comienzo de la historia”(GS 13, 1). Sucumbió a la tentación y cometió el mal. Conserva el deseo del bien, pero su naturaleza lleva la herida del pecado original. Ha quedado inclinado al mal y sujeto al error.
De ahí que el hombre esté dividido en su interior. Por esto, toda vida humana, singular o colectiva, aparece como una lucha, ciertamente dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas. (GS 13, 2)
 Por su pasión, Cristo nos libró de Satán y del pecado. Nos mereció la vida nueva en el Espíritu Santo. Su gracia restaura en nosotros lo que el pecado había deteriorado.
 “El que cree en Cristo es hecho hijo de Dios. Esta adopción filial lo transforma dándole la posibilidad de seguir el ejemplo de Cristo. Le hace capaz de obrar rectamente y de practicar el bien. En la unión con su Salvador, el discípulo alcanza la perfección de la caridad, la santidad. La vida moral, madurada en la gracia, culmina en vida eterna, en la gloria del cielo.


SEGUNDA PARTE  
LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO
PRIMERA SECCIÓN:
LA ECONOMÍA SACRAMENTAL
1076 El día de Pentecostés, por la efusión del Espíritu Santo, la Iglesia se manifiesta al mundo (cfSC 6; LG 2). El don del Espíritu inaugura un tiempo nuevo en la "dispensación del Misterio": el tiempo de la Iglesia, durante el cual Cristo manifiesta, hace presente y comunica su obra de salvación mediante la Liturgia de su Iglesia, "hasta que él venga" (1 Co 11,26). Durante este tiempo de la Iglesia, Cristo vive y actúa en su Iglesia y con ella ya de una manera nueva, la propia de este tiempo nuevo. Actúa por los sacramentos; esto es lo que la Tradición común de Oriente y Occidente llama "la Economía sacramental"; esta consiste en la comunicación (o "dispensación") de los frutos del Misterio pascual de Cristo en la celebración de la liturgia "sacramental" de la Iglesia.
Por ello es preciso explicar primero esta "dispensación sacramental" (capítulo primero). Así aparecerán más claramente la naturaleza y los aspectos esenciales de la celebración litúrgica (capítulo segundo).

                  

El Misterio Pascual en el tiempo de la iglesia: la liturgia, obra de la santísima trinidad.
Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia.
Los sacramentos, como "fuerzas que brotan" del Cuerpo de Cristo (cf Lc 5,17; 6,19; 8,46) siempre vivo y vivificante, y como acciones del Espíritu Santo que actúa en su Cuerpo que es la Iglesia, son "las obras maestras de Dios" en la nueva y eterna Alianza.

                                            

El conector sacramental es un sello espiritual conferido por el bautismo, la confirmación y orden.
                     
                                                      Los Sacramentos      
                                


1) La sacramentalidad en la economía de la salvación.
2) Concepto y número de los sacramentos.
3) Elementos que integran el signo sacramental.
4) Cristo, autor de los sacramentos.
5) La potestad e intención del ministro.
6) La capacidad e intención del sujeto.
7) Efectos de los sacramentos.




La sacramentalidad en la economía de la salvación.
La economía de la salvación es sacramental. La revelación que empieza con la creación ya es sacramental- por signos - porque la creación nos lleva a conocer la sabiduría, providencia divina, etc.
Pero Dios no se conforma y se manifiesta al hombre a través de hechos y palabras.
En Cristo, la sacramentalidad llega a su culmen. Cristo sacramento primordial, sacramento del Padre, ‘quien me ve...’, Cristo no sólo da a conocer al Padre sino que nos pone en contacto con El.
‘La Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo y instrumento de la unión íntima con Dios’ LG 1. La Iglesia hace presente a Cristo comunicando la vida divina por medio de los sacramentos, los sacramentos son actos de Cristo, no mero símbolo, algo vital a través de lo que Dios actúa. Son huellas de la Encarnación del Verbo.


Concepto y número de los sacramentos.
‘ El sacramento de la Nueva Ley es una cosa sensible que por institución divina, tiene la virtud de significar y obrar la santidad y la justicia’ (Cat. Rom., II,1,II).
S. Pío X lo define en el Catecismo Mayor como ‘un signo sensible y eficaz de la gracia, instituido por Jesucristo para santificar nuestras almas’ (n. 519).
‘ Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas’ Cat. 1131.
En definitiva, son medios por lo que Dios nos concede la gracia. No porque en sí mismas esas cosas sensibles tengan una cualidad especial, sino que la poseen en virtud de una voluntad expresa de Dios.
Hay en la Iglesia siete sacramentos:
1.- Bautismo.
2.- Confirmación o Crismación.
3.- Eucaristía.
4.- Penitencia.
5.- Unción de los enfermos.
6.- Orden sacerdotal.
7.- Matrimonio. Cat. 1113.

Elementos que integran el signo sacramental.
Signo compuesto de dos elementos:
- res = materia.
- verbum= forma.
Res, es la parte del signo sacramental más indeterminada en cuanto al simbolismo.
Verbum, es la parte del signo más determinada, que concreta el sentido de la res.
La materia puede ser: remota: La cosa sensible con la que se realiza el sacramento. Próxima: La acción que resulta de aplicar la cosa sensible. ej, ablución, unción, imposición de manos, etc.
Esta composición tiene inspiración bíblica, Ef 5, 26 ‘para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra". Cristo toma pan y vino y a continuación dice unas palabras.
Tradición: S. Cirilo ( Cateq. Mistag. 3) " El pan después de la invocación no es pan común".
Magisterio: Con. Florencia y Trento, res y verbum son esenciales del sacramento.
Hay una unión estrecha entre los dos elementos. Por tanto el signo sacramental es inmutable. Quien realiza un cambio sustancial de la materia o de la forma, hace inválido el sacramento; y si lo realiza conscientemente, peca gravemente. Quien realiza un cambio accidental, no hace inválido el sacramento; pero pecará grave o levemente, si lo realiza conscientemente y sin causa suficiente.  
Cristo, autor de los sacramentos.
Dios es el autor principal de los sacramentos, los sacramentos confieren la gracia por ser participación de la naturaleza divina. La Iglesia ha considerado siempre que ha recibido los sacramentos de Cristo. El concilio de Trento (Dz 844) definió como de fe divina y católica la institución de todos los sacramentos por Cristo.
Al estudiar cada uno en particular, se verán los textos en que se apoya esta afirmación. Jesucristo no sólo instituyó todos los sacramentos de la Nueva Ley de manera inmediata, sino que también determinó su materia y su forma, aunque de distinto modo: unos sacramentos los instituyó con su uso (Bautismo, Eucaristía), otros, prometiendo sus efectos (Confirmación), otros, confiriendo una potestad (Orden, Penitencia).
La Iglesia no tiene ninguna potestad sobre lo que pertenece a la sustancia del sacramento, que es -en cada caso- lo que Cristo mismo ha fijado.
Potestad e intención del minstro.
Con. Florencia: para que exista un sacramento debe haber: res, verbum, ministrum.
Cristo ha querido servirse de ministros secundarios, siendo Él el ministro principal , para realizar la santificación de las almas.
El ministro puede ser consagrado o no consagrado, según el sacramento de que se trate. Ordinario o extraordinario, según le corresponda por oficio o por necesidad y especial delegación respectivamente.
Para la válida administración del sacramento, se requiere en el ministro: Potestad debida: no todos pueden administrar todos los sacramentos. Debida intención: de hacer lo que hace la Iglesia ( al menos virtual ). Recta aplicación: de la forma a la materia.
Para la lícita administración del sacramento se requiere en el ministro: fe, estado de gracia, debida jurisdicción o licencia oportuna, inmunidad de censuras y de irregularidad.
Para la válida realización del sacramento, se requiere en el ministro tenga intención al menos, de hacer lo que quiere la Iglesia. Esto se recoge en Trento (Dz 854). Esa intención debe ser al menos virtual; debe recaer sobre una materia y sujetos determinados y no basta con que sea externa, debe ser también interna.
Capacidad e intención del sujeto.
Para la recepción válida de los sacramentos, se requiere la capacidad del sujeto, esto es, solus homo viator, es sujeto capaz de los sacramentos.
Pero no todo hombre vivo puede recibir todos los sacramentos. Se requiere el Bautismo para recibir los demás sacramentos; cada sacramento tiene sus particularidades para recibirlo válidamente; para la recepción válida de los sacramentos no se requieren, en general, ni la fe -excepto en la penitencia- ni la probidad del sujeto (estado de gracia).
En los adultos que tienen uso de razón, para la validez de todos los sacramentos (exceptuada la Eucaristía), se requieren la intención, que es diversa para los diversos sacramentos: habitual (tenida alguna vez y no retractada), salvo en el matrimonio, orden y penitencia , que requieren una intención al menos virtual.
Para la lícita recepción de los sacramentos, se requiere, aunque ya se verá en cada uno en particular: el adulto con uso de razón, al recibir un sacramento de muertos: la intención requerida y la atrición sobrenatural de los pecados cometidos. el adulto con uso de razón, al recibir un sacramento de vivos: estar en gracia. El adulto con uso de razón debe recibir cualquier sacramento con reverencia y devoción actual.
Efectos de los sacramentos.
Los sacramentos producen, la gracia (todos ellos) y el carácter sacramental ( el bautismo, la confirmación y el orden).
Los sacramentos confieren la gracia "ex opere operato", es decir, por la virtud del mismo sacramento recibida de Dios (Trento, Dz 851).
Como no producen la gracia por propia virtud, sino en virtud de la voluntad de Dios, se dice que los sacramentos son causa instrumentales de la gracia que confieren, siendo Dios la causa eficiente principal. Esa virtud instrumental proviene de la Pasión del Señor. La virtud instrumental de la Pasión del Señor alcanza a cada uno de los hombres, de todos los lugares y tiempos, mediante los sacramentos.



                                            


Edufe 4to CVSJ : EDUCACIÓN EN LA FE / 4TO. BACH. CVSJ

Edufe 4to CVSJ : EDUCACIÓN EN LA FE / 4TO. BACH. CVSJ: 1 UNIDAD: EL SENTIDO DE LA VIDA Y LA EXPERIENCIA RELIGIOSA Enero 14                    Introducción 15                    1er t...

Segunda Parte
La Celebración del  Misterio  Cristiano
Primera Sección
Economía sacramental
Capitulo No 1
El Misterio Pascual en el tiempo de la iglesia
1. La Liturgia es la celebración del  misterio de Cristo, es la   acción sagrada por excelencia
2. El  padre nos colma de sus bendiciones e2.                                                                                                                                                                  3. Cristo significa y realiza principalmente su misterio  pascual al entregar el espíritu santo
4. El Misterio Pascual y los sacramentos de la iglesia: Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia.
5. Son siete sacramentos
-Bautismo    - Confirmación
-Eucaristía   - Penitencia
- Unción de los enfermos
- Orden y Matrimonio
6. Cristo ha confiado los sacramentos a su Iglesia.
7. Los sacramentos son necesarios para la salvación.
8. La gracia del Espíritu Santo dada por Cristo y propia de cada sacramento, recibe ya un anticipo de la vida eterna    
Capitulo No 2
La Celebración Sacramental del  Misterio Pascual.                                                                                                            Celebrar la Liturgia de la Iglesia
¿Quién Celebra?
En cuanto sumo sacerdote, el celebra la liturgia con su cuerpo, que es la Iglesia del cielo y de la tierra.  
La Liturgia la celebran los ángeles, los santos de la antigua y nueva alianza, la madre de Dios, los mártires. 
La iglesia es la tierra que celebra la liturgia como pueblo sacerdotal.   
¿Cómo Celebrar?
Celebración Litúrgica Acontecimientos de la antigua Alianza.
Algunos Signos Sacramentales provienen del mundo creado y otros de la vida social, es preciso que acompañen y vivifiquen estas acciones.
La Imagen de Cristo es el icono litúrgico por excelencia los demás significan el Cristo que en ellos es glorificado.
¿Cuándo Celebrar?
-El centro de tiempo litúrgico es el domingo.
-La función del año litúrgico es celebrar todo el misterio de Cristo
-La liturgia de las hora, oración publica y común de la iglesia, es la oración de Cristo con su cuerpo, la iglesia.
¿Dónde Celebrar?
El culto, los edificios son las casas de Dios
Sandra julissa Martinez Rivera Clave:21 4to Bachillerato

Edufe 4to CVSJ : fusión de logos por : Débora Aquino

Edufe 4to CVSJ : fusión Segunda Parte
La Celebración del  Misterio  Cristiano
Primera Sección
Economía sacramental
Capitulo No 1
El Misterio Pascual en el tiempo de la iglesia
1. La Liturgia es la celebración del  misterio de Cristo, es la   acción sagrada por excelencia
2. El  padre nos colma de sus bendiciones e2.                                                                                                                                                                  3. Cristo significa y realiza principalmente su misterio  pascual al entregar el espíritu santo
4. El Misterio Pascual y los sacramentos de la iglesia: Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia.
5. Son siete sacramentos
-Bautismo    - Confirmación
-Eucaristía   - Penitencia
- Unción de los enfermos
- Orden y Matrimonio
6. Cristo ha confiado los sacramentos a su Iglesia.
7. Los sacramentos son necesarios para la salvación.
8. La gracia del Espíritu Santo dada por Cristo y propia de cada sacramento, recibe ya un anticipo de la vida eterna    
Capitulo No 2
La Celebración Sacramental del  Misterio Pascual.                                                                                                            Celebrar la Liturgia de la Iglesia
¿Quién Celebra?
En cuanto sumo sacerdote, el celebra la liturgia con su cuerpo, que es la Iglesia del cielo y de la tierra.  
La Liturgia la celebran los ángeles, los santos de la antigua y nueva alianza, la madre de Dios, los mártires. 
La iglesia es la tierra que celebra la liturgia como pueblo sacerdotal.   
¿Cómo Celebrar?
Celebración Litúrgica Acontecimientos de la antigua Alianza.
Algunos Signos Sacramentales provienen del mundo creado y otros de la vida social, es preciso que acompañen y vivifiquen estas acciones.
La Imagen de Cristo es el icono litúrgico por excelencia los demás significan el Cristo que en ellos es glorificado.
¿Cuándo Celebrar?
-El centro de tiempo litúrgico es el domingo.
-La función del año litúrgico es celebrar todo el misterio de Cristo
-La liturgia de las hora, oración publica y común de la iglesia, es la oración de Cristo con su cuerpo, la iglesia.
¿Dónde Celebrar?
El culto, los edificios son las casas de Dios
Sandra julissa Martinez Rivera Clave:21 4to Bachillerato:

La Profesion de la Fe

La fe es la respuesta del hombre a Dios que se revela y se entrega a él dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al hombre que busca el sentido último de su vida.